Si eres fan de los croissants suaves, ligeros y deliciosos, ¡esta receta es para ti! Con un proceso sencillo y sin la necesidad de mantequilla ni grasas, podrás disfrutar de unos croissants esponjosos que se deshacen en la boca.
Son perfectos para el desayuno o como una merienda acompañada de tu mermelada favorita. Prepáralos en minutos y sorprende a todos con una receta rápida, deliciosa, ligera y económica.
Cómo preparar Croissants esponjosos
Para esta delicia, vas a necesitar:
Ingredientes:
- 100 ml de agua
- 90 ml de aceite (preferiblemente de oliva suave o aceite de girasol)
- 13 g de levadura fresca
- Una pizca de sal
- Una pizca de azúcar
- 270 g de harina
- Mermelada o cualquier otro relleno de tu preferencia
- Azúcar en polvo (para decorar)
Procedimiento:
- Activar la levadura:
- En un bol pequeño, mezcla el agua tibia con la levadura fresca, una pizca de azúcar y la sal. Remueve bien hasta disolver completamente la levadura.
- Deja reposar la mezcla durante unos 5-10 minutos, o hasta que se forme una espuma en la superficie, lo que indica que la levadura se ha activado correctamente.
- Preparar la masa:
- En un bol grande, coloca la harina y haz un hueco en el centro. Vierte la mezcla de levadura activada y el aceite en el centro de la harina.
- Mezcla con una espátula o con las manos hasta que obtengas una masa homogénea. Si es necesario, añade un poco más de harina o agua hasta conseguir la textura adecuada: debe ser una masa suave pero no pegajosa.
- Amasado:
- Amasa la mezcla durante unos 5-8 minutos, hasta que la masa esté elástica y suave. Si la masa está demasiado pegajosa, agrega un poco más de harina, pero ten cuidado de no añadir demasiado, ya que puede hacer que los croissants queden secos.
- Reposo de la masa:
- Cubre la masa con un paño limpio y húmedo y deja reposar durante unos 30-45 minutos, o hasta que la masa haya duplicado su tamaño debido a la acción de la levadura.
- Formar los croissants:
- Precalienta el horno a 180°C.
- Una vez que la masa haya reposado, colócala sobre una superficie plana y ligeramente enharinada. Estira la masa con un rodillo hasta obtener un rectángulo de aproximadamente 1 cm de grosor.
- Corta el rectángulo en triángulos (como si cortaras una pizza).
- Coloca una pequeña cantidad de mermelada en la base de cada triángulo y luego enrolla desde la base hacia la punta para formar los croissants.
- Hornear los croissants:
- Coloca los croissants en una bandeja para hornear ligeramente enharinada o cubierta con papel pergamino.
- Hornea en el horno precalentado durante unos 15-20 minutos, o hasta que los croissants estén dorados y crujientes.
- Decorar y servir:
- Una vez que los croissants estén listos, sácalos del horno y deja enfriar ligeramente.
- Espolvorea azúcar en polvo por encima de los croissants aún tibios para darles un toque dulce y decorativo.
¡Listo! Ya tienes tus croissants esponjosos y deliciosos, perfectos para disfrutar con mermelada o tu relleno favorito. Son ligeros, suaves y no contienen mantequilla ni grasas, lo que los hace aún más deliciosos y fáciles de hacer. ¡Que los disfrutes!
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Consejos
Aquí tienes 4 consejos para hacer que tus croissants esponjosos sean aún más deliciosos:
- Usa agua tibia para activar la levadura: Es importante que el agua esté tibia, no caliente. Si el agua está demasiado caliente, puede matar la levadura. Unos 35-40°C son ideales para activar la levadura de manera efectiva.
- No sobrecargar la masa con harina: Si bien es tentador agregar mucha harina cuando amasas, hacerlo puede resultar en croissants secos. Amasa con la cantidad mínima de harina necesaria para que la masa no se pegue a las manos. La masa debe sentirse suave y elástica.
- Deja que la masa repose: No te saltes el paso de dejar reposar la masa después de amasar. Este tiempo de reposo permite que la levadura fermente y haga que la masa suba, lo que te dará croissants más ligeros y esponjosos.
- Usa rellenos fríos: Si decides agregar mermelada o algún otro relleno, asegúrate de que estén fríos antes de colocar en la masa. Esto evitará que el relleno se derrita o humedezca demasiado la masa, lo que podría afectar la textura de los croissants.