La mermelada de frutillas es una de esas preparaciones que evocan recuerdos familiares, desayunos tranquilos y el aroma cálido de la fruta cocida en casa. Elaborarla de forma casera no solo permite controlar la calidad de los ingredientes, sino también conservar intacto el sabor auténtico de las frutillas frescas, sin recurrir a conservantes ni espesantes artificiales.
A diferencia de otras recetas más elaboradas o industrializadas, aquí se permite que la fruta hable por sí sola. Al macerar lentamente las frutillas con azúcar y cocinarlas a fuego lento, se obtiene una mermelada que preserva el color vibrante, el aroma natural y el dulzor equilibrado de las frutillas.
Con unos pocos cuidados y algunos consejos adicionales, cualquier persona puede preparar una mermelada casera que rivaliza con las mejores versiones comerciales, garantizando un producto fresco, sin aditivos y absolutamente delicioso.
Ingredientes
-
2 kg de Frutillas frescas
-
1 kg de Azúcar
Preparación
-
Selección y limpieza de las frutillas:
-
Elija frutillas maduras y firmes para asegurar un sabor óptimo.
-
Lave las frutillas rápidamente bajo agua corriente para evitar que absorban demasiada agua, lo que podría afectar la consistencia de la mermelada.
-
Retire los cabitos después de lavar las frutillas para mantener su frescura y textura.
-
-
Maceración con azúcar:
-
Coloque las frutillas en una cacerola amplia y espolvoréelas con la mitad del azúcar (500 gramos).
-
Deje reposar la mezcla durante varias horas o toda la noche. Este proceso permite que las frutillas liberen su jugo natural, formando un almíbar que realza el sabor de la mermelada.
-
-
Cocción de la mermelada:
-
Lleve la cacerola a fuego medio hasta que la mezcla comience a hervir suavemente.
-
Añada el resto del azúcar (500 gramos) y remueva con cuidado para no deshacer las frutillas.
-
Cocine la mermelada a fuego lento, eliminando la espuma que se forme en la superficie para obtener un producto más claro y de mejor conservación.
-
Continúe la cocción hasta alcanzar la consistencia deseada. Para verificar el punto, coloque una pequeña cantidad de mermelada en un plato frío; si se gelifica y no fluye, está lista.
-
-
Envasado y almacenamiento:
-
Vierta la mermelada caliente en frascos de vidrio esterilizados, dejando un pequeño espacio en la parte superior.
-
Cierre los frascos herméticamente y colóquelos boca abajo durante unos minutos para crear un vacío que facilite la conservación.
-
Almacene los frascos en un lugar fresco y oscuro. Una vez abiertos, manténgalos en el refrigerador y consúmalos en un plazo razonable.
-
Consejos adicionales:
-
Uso de utensilios adecuados: Utilice una cacerola de base ancha y paredes bajas para favorecer la evaporación y lograr una mermelada más espesa.
-
Evitar la cristalización del azúcar: Añadir el azúcar en dos etapas y asegurarse de que se disuelva completamente ayuda a prevenir la formación de cristales en la mermelada.
-
Aromatización opcional: Para darle un toque especial, puede incorporar una vaina de vainilla o una pizca de canela durante la cocción. Retire cualquier elemento sólido antes de envasar.
-
Prueba de consistencia: Si la mermelada no alcanza la consistencia deseada, puede prolongar la cocción unos minutos más, siempre vigilando para evitar que se queme.
¡Siguiendo estos pasos y recomendaciones, podrá disfrutar de una mermelada de frutillas casera con un sabor y aroma auténticos, perfecta para acompañar tostadas, postres o como ingrediente en diversas recetas!