El bizcochuelo es el alma de muchas creaciones de repostería, desde tartas de celebración hasta postres simples para el día a día.
Esta receta, inspirada en los secretos de los maestros panaderos, combina una textura esponjosa con una firmeza ideal para cualquier preparación.
Gracias a la mezcla equilibrada de harina y fécula de maíz, obtendrás un bizcochuelo que siempre queda perfecto, listo en minutos y con un sabor insuperable.
Ingredientes
- 160 g de harina
- 130 g de fécula de maíz (Maicena)
- 7 huevos grandes (a temperatura ambiente)
- 150 g de azúcar
Preparación
- Precalienta el horno a 180 °C. Prepara un molde redondo de unos 30 cm de diámetro, cubriéndolo con papel de horno o engrasándolo y enharinándolo.
- Separa las claras de las yemas de los huevos en dos recipientes diferentes. Reserva las yemas.
- Bate las claras a punto de nieve junto con una pizca de sal. Cuando empiecen a espumar, añade el azúcar poco a poco y sigue batiendo hasta obtener un merengue brillante y firme.
- Incorpora las yemas al merengue una a una, mezclando suavemente con una espátula para no perder el aire.
- Tamiza la harina junto con la fécula de maíz o maicena. Añádela a la mezcla en 3 partes, integrándola con movimientos envolventes.
- Vierte la mezcla en el molde preparado y alísala con una espátula. Hornea durante 25-30 minutos o hasta que al insertar un palillo en el centro, este salga limpio.
- Deja enfriar el bizcochuelo en el molde durante 10 minutos antes de desmoldarlo y colocarlo sobre una rejilla.
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Consejos Adicionales:
- Técnica para batir las claras: Asegúrate de que el recipiente esté completamente limpio y sin grasa, ya que esto afectará a la formación del merengue.
- Incorporación de ingredientes secos: Realiza movimientos envolventes con calma para evitar que el bizcochuelo pierda su ligereza.
- Horneado uniforme: Si tu horno no calienta de manera homogénea, gira el molde a la mitad del tiempo de cocción.
- Variaciones de sabor: Añade una cucharadita de esencia de vainilla o ralladura de limón para darle un toque aromático.
- Para un bizcocho más húmedo: Puedes añadir un almíbar ligero al enfriarlo, especialmente si lo usarás como base para una tarta.
Con esta receta tendrás un bizcochuelo clásico que será el protagonista de tus creaciones, ya sea como postre sencillo o como la base perfecta para una tarta inolvidable. ¡A disfrutar!