El invierno no solo trae consigo el frío, sino también un aumento en los riesgos para la salud, especialmente en lo que respecta al sistema cardiovascular. Entre las afecciones más peligrosas se encuentra el derrame cerebral o accidente cerebrovascular (ACV), una urgencia médica que puede dejar secuelas graves o incluso ser mortal.
El clima frío puede parecer inofensivo, pero actúa de manera silenciosa: contrae los vasos sanguíneos, eleva la presión arterial y aumenta la probabilidad de que se formen coágulos. Por eso, conocer cómo prevenir un derrame cerebral durante los meses más fríos es fundamental para mantenerse saludable a cualquier edad.
Cómo prevenir un derrame cerebral
Durante el invierno, el cuerpo trabaja más para mantener su temperatura interna. Este esfuerzo adicional hace que el corazón bombee con mayor intensidad, lo que puede aumentar la presión arterial y el riesgo de un ACV, sobre todo en personas mayores o con antecedentes de hipertensión, colesterol alto o diabetes.
El aire frío también puede causar vasoconstricción —el estrechamiento de los vasos sanguíneos—, dificultando el flujo normal de la sangre hacia el cerebro. Por eso, cuidar los hábitos diarios es esencial, y cada decisión cuenta.
A continuación, te mostramos los “5 NO” y los “7 SÍ” que pueden marcar la diferencia en tu salud cerebral este invierno.
Los «5 NO» que debes evitar
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No ignores los síntomas de alerta.
Dolor de cabeza repentino, dificultad para hablar o mover un lado del cuerpo son señales que requieren atención médica inmediata. -
No te expongas al frío sin abrigo.
Las bajas temperaturas pueden provocar picos de presión arterial. Usa ropa térmica y cubre cabeza, cuello y manos. -
No fumes ni consumas alcohol en exceso.
Ambos hábitos dañan los vasos sanguíneos y aumentan el riesgo de coágulos. -
No descuides tu medicación.
Si tomas fármacos para la presión o el colesterol, no interrumpas el tratamiento por tu cuenta. -
No te quedes inactivo.
El sedentarismo favorece la acumulación de grasa en las arterias. Aunque haga frío, intenta moverte dentro de casa o caminar un poco cada día.
Los «7 SÍ» para cuidar tu salud cerebral
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Sí a los chequeos médicos regulares.
Controlar la presión arterial, el colesterol y la glucosa puede prevenir complicaciones graves. -
Sí a una alimentación equilibrada.
Incluye frutas, verduras, pescado y alimentos ricos en omega 3. Reduce las grasas saturadas y el exceso de sal. -
Sí a la hidratación.
En invierno solemos beber menos agua, pero la sangre se vuelve más espesa si no nos hidratamos adecuadamente. -
Sí al descanso suficiente.
Dormir bien ayuda a regular la presión arterial y el equilibrio hormonal. -
Sí a la actividad física moderada.
El ejercicio mejora la circulación y fortalece el corazón. Una caminata diaria o ejercicios suaves en casa son suficientes. -
Sí al control del estrés.
El estrés prolongado puede alterar la presión arterial. Practica respiración profunda, meditación o actividades que te relajen. -
Sí a mantener el cuerpo abrigado.
Evita cambios bruscos de temperatura y mantén el hogar cálido, especialmente en las mañanas y noches.
Consejos adicionales
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Aprende a reconocer los síntomas del ACV:
Si notas que una persona tiene el rostro caído, dificultad para hablar o debilidad en un brazo, actúa rápido y llama a emergencias. -
Evita los esfuerzos repentinos al despertar:
Levantarse bruscamente en un ambiente frío puede alterar la presión arterial. Hazlo lentamente. -
Mantén una rutina de sueño estable:
Dormir y despertar a la misma hora mejora el equilibrio cardiovascular. -
Cuida tu alimentación en fiestas o reuniones invernales:
Controla las porciones y evita los excesos de grasa o sal. -
No minimices el frío:
La hipotermia leve puede pasar desapercibida, pero afecta el sistema circulatorio.
Cuidar tu salud cerebral en invierno no requiere grandes sacrificios, sino conciencia y constancia.
Pequeños cambios en tu rutina pueden marcar la diferencia entre un invierno saludable y uno de riesgo. Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.