¿Querés tomates y pepinos saludables, sabrosos y en gran cantidad? Descubrí cómo podés usar un ingrediente simple de tu cocina, la leche cruda, como fertilizante natural y escudo contra enfermedades. Esta es una técnica efectiva, accesible y 100 % orgánica que jardineros de todo el mundo ya están aplicando con éxito.
Beneficios de la leche para las plantas
La leche cruda contiene nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas:
- Fósforo
- Magnesio
- Potasio
- Calcio
- Cobre
- Azufre
Además, la lactosa (el azúcar de la leche) actúa como repelente natural, formando una película sobre las hojas que protege contra enfermedades comunes como el mildiú y oídio.
Fertilización en la Raíz (para nutrición)
Modo de preparación y uso:
- Mezclá leche cruda con agua en proporción 1:2.
- Aplicá entre 0,5 y 1 litro por planta, según su tamaño.
- Frecuencia: cada dos semanas durante toda la temporada de cultivo.
Fertilización Foliar (para protección de enfermedades)
Modo de aplicación:
- Diluir la leche cruda con agua en proporción 1:10.
- Pulverizar sobre las hojas con un rociador fino.
- Hacerlo en días nublados o al atardecer para evitar que el sol queme las hojas.
- Repetir cada dos semanas.
Recomendaciones Importantes
- Usá leche cruda y sin pasteurizar. Solo así las plantas reciben todos los beneficios nutricionales y protectores.
- No excedas la frecuencia recomendada para evitar malos olores o fermentación.
- Si querés reforzar la acción antifúngica, podés añadir una cucharadita de bicarbonato de sodio al preparado foliar.
Conclusión
La leche es una solución simple, natural y muy efectiva para mejorar la salud de tu huerta. Con poco esfuerzo podés lograr tomates y pepinos más vigorosos, resistentes a enfermedades y con una producción abundante. Probalo en tu jardín y comprobá los resultados por vos mismo.