Nada le da más vida a un plato que un buen condimento. Y si es casero, mejor todavía. Porque cuando sabés exactamente lo que lleva, no solo ganás en sabor, sino también en salud. Este condimento casero es ideal para tener siempre a mano: va bien con carnes, pollos, verduras, arroz, guisos… prácticamente todo. Y lo mejor: lo hacés en 10 minutos, sin conservantes ni aditivos.
¿Por qué hacer tu propio condimento?
-
Porque elegís los ingredientes: sin químicos, sin saborizantes artificiales, todo natural.
-
Porque te ahorrás plata: rinde un montón y cuesta muchísimo menos que los frasquitos del súper.
-
Porque el sabor es otro: más intenso, más fresco y 100% personalizable.
Este condimento tiene base de ajo y cebolla, combinado con especias y un buen toque de aceite y vinagre. No solo da sabor, también ayuda a conservar por más tiempo. Ideal para usar todos los días.
Ingredientes
-
1 taza de ajo picado o triturado
-
½ taza de cebolla picada
-
1 cucharada de sal (podés usar sal marina o sal rosa si preferís)
-
1 cucharada de pimienta negra (opcional)
-
½ taza de aceite de oliva o girasol
-
2 cucharadas de vinagre de manzana o jugo de limón
-
1 cucharadita de orégano seco (o la hierba que más te guste: tomillo, perejil, romero, etc.)
Preparación paso a paso
-
Picá bien el ajo y la cebolla (o usá un mixer para ahorrar tiempo).
-
Poné todo en una licuadora, procesadora o bowl.
-
Sumá la sal, el aceite, el vinagre y las especias.
-
Procesá o mezclá hasta formar una pasta homogénea.
-
Guardalo en un frasco de vidrio con tapa hermética.
-
Conservá en la heladera hasta por 7 días. A medida que pasan los días, el sabor se potencia.
¿Cómo usarlo?
-
En carnes asadas, milanesas, hamburguesas o bifes antes de cocinarlos.
-
Para marinar pollo (sumale un poco de jugo de limón o vino blanco y dejalo unas horas en la heladera).
-
En salteados de verduras, zapallitos, berenjenas, papas al horno o calabaza.
-
Para levantar el sabor de un simple arroz blanco o un guiso.
-
Incluso como base para salsas o aderezos.
Tips y recomendaciones
-
Si te gusta más picante, agregale un poco de ají molido, pimentón picante o curry.
-
Si querés una versión más suave, usá ajo y cebolla cocidos o salteados previamente.
-
Podés hacer una versión sin sal y condimentar al momento de cocinar.
-
Sumale semillas (chía, sésamo, lino) para más textura y valor nutricional.
-
Hacé en cantidad y congelá en cubeteras: así tenés porciones listas para usar.
¿Querés venderlo?
Este condimento casero no solo es delicioso, también puede ser una oportunidad de negocio:
-
Frascos lindos y prácticos: de vidrio reciclado o con etiquetas personalizadas.
-
Vendé por redes sociales: mostrale a la gente lo que hacés con amor y cuidado.
-
Ofrecé combos: “3 sabores por menor precio” o entregas a domicilio.
-
Probá diferentes versiones: uno suave, otro picante, uno sin sal, otro con hierbas frescas.
-
Pedí feedback a tus compradores y mejorá cada receta. ¡Así crece un buen emprendimiento!
Alternativas saludables
-
Reemplazá el aceite por aceite de coco o de palta.
-
Cambiá el vinagre por jugo de limón fresco o lima.
-
Usá hierbas frescas como perejil, cilantro o albahaca para una versión más verde y aromática.
-
Sumale ajo negro si querés un condimento gourmet y suave para el estómago.
Conclusión
Hacer tu propio condimento casero es fácil, económico, saludable y sabrosísimo. No solo te permite comer más rico, sino que también es una manera de reconectarte con la cocina, con el sabor real de los ingredientes y con el placer de preparar algo vos misma.
Ya sea para darle más vida a tus comidas o para arrancar un pequeño emprendimiento desde casa, este condimento es una joya. Probalo, adaptalo a tu gusto y convertilo en tu toque secreto. Te aseguro que una vez que lo tengas, no vas a querer cocinar sin él.