Cómo congelar papas para freír o cocinar más tarde en 5 pasos

Las papas son uno de los alimentos básicos en las cocinas de todo el mundo gracias a su versatilidad y su alto contenido en carbohidratos, potasio, vitamina C y minerales como magnesio e hierro. Aunque suelen mantenerse frescas por semanas en la despensa, muchas veces nos enfrentamos al reto de aprovecharlas antes de que empiecen a marchitarse.

Congelar papas correctamente no solo evita desperdicios, sino que también te ayuda a tenerlas listas para preparar comidas rápidas. Aquí te enseñamos el método ideal para conservarlas y mantener su calidad.


Pasos para congelar papas y usarlas después

  1. Pelar las papas
    Lava y retira la cáscara de las papas con un pelador o cuchillo.
  2. Cortarlas al gusto
    Decide cómo las vas a usar y córtalas según prefieras: en cubos, rodajas, o bastones para papas fritas.
  3. Escaldarlas
    Hierve agua y cocina las papas durante 3 minutos. Este paso es clave para evitar que se pongan negras con el tiempo.
  4. Enfriarlas y secarlas
    Retíralas del agua caliente y sumérgelas en agua fría o pásalas por un colador. Luego, sécalas bien con papel de cocina para evitar que se formen cristales de hielo.
  5. Empacarlas y congelarlas
    Coloca las papas en bolsas herméticas o recipientes aptos para congelador. Asegúrate de retirar todo el aire posible para evitar quemaduras por congelación.

¿Qué pasa con las papas crudas?

Si bien es posible congelar papas crudas, no es la mejor opción, ya que pierden textura y sabor durante el proceso. Para conservarlas de manera óptima, lo ideal es escaldarlas previamente como se explica en los pasos anteriores.

Si decides congelar papas enteras y crudas, pélalas primero y colócalas en una bolsa al vacío o en un recipiente bien sellado. Esto reducirá el riesgo de que se quemen con el frío.


Congelar papas fritas o para saltear

Si deseas tener papas listas para freír, aquí tienes un método adicional:

  1. Corta las papas en rodajas o bastones
    Colócalas en un recipiente con agua, sal y un chorrito de vinagre para evitar que se oxiden.
  2. Fríelas parcialmente
    Cocina las papas en aceite caliente hasta que estén ligeramente doradas, pero no completamente cocidas.
  3. Retira el exceso de aceite
    Colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
  4. Congela en bandejas
    Extiende las papas en una bandeja cubierta con papel film y mételas al congelador. Una vez semi-congeladas, transfiérelas a una bolsa hermética.
  5. Cocínalas directamente congeladas
    No es necesario descongelarlas. Puedes freírlas directamente hasta que estén doradas o utilizarlas para hacer tortillas y guarniciones.

Congelar papas en guisos o estofados

Si planeas congelar un guiso con papas, ten en cuenta que al descongelarlas pueden perder textura. Para evitar que el estofado se vuelva pastoso, sigue este consejo:

  • Añade papas frescas cortadas en pequeños trozos al momento de recalentar el guiso.

Ventajas de congelar papas

  • Evitas el desperdicio: No tendrás que tirar papas que están por arruinarse.
  • Ahorro de tiempo: Siempre tendrás papas listas para cocinar.
  • Versatilidad: Puedes usarlas en guisos, papas fritas o tortillas sin esfuerzo.

Congelar papas es una solución práctica para aprovechar al máximo este alimento básico. Ya sea que prefieras guardarlas crudas, escaldadas o parcialmente fritas, seguir estos pasos te garantizará que tus papas se conserven de forma adecuada y estén listas para usar en cualquier momento.