El jengibre es un ingrediente valioso tanto en la cocina como en la medicina natural. Sin embargo, su conservación puede ser un desafío si no se almacena adecuadamente. A continuación se explican tres métodos eficaces para conservar jengibre durante meses sin perder su frescura ni propiedades.
A continuación, podrás visualizar todo el procedimiento a través del siguiente vídeo del canal de Smart Kitchen 86:
Método 1: Almacenamiento en Caja de Cartón con Bicarbonato
- Selecciona jengibre seco, sin contacto con agua.
- Usa una caja de cartón con capas de toallas, ropa vieja o papel para absorber humedad.
- Espolvorea bicarbonato de sodio en el fondo.
- Coloca el jengibre sin apilar, alternando capas de papel y bicarbonato.
- Cierra la caja y almacena en un lugar fresco, seco y ventilado, lejos del sol.
Consejo: Este método evita el brote y la descomposición gracias al bicarbonato.
Recomendación adicional: Revisa el contenido de la caja cada dos meses y reemplaza el bicarbonato si notas acumulación de humedad o cambios de olor.
Método 2: Conservación con Alcohol Blanco
- Lava el jengibre con bicarbonato y agua, y cepíllalo con un cepillo de dientes.
- Sécalo al aire o con papel, sin exponerlo al sol.
- Sumérgelo brevemente en alcohol blanco para desinfectar.
- Envuelve cada pieza con plástico y guárdala en un frasco hermético.
Consejo: El alcohol desinfecta y evita la aparición de brotes.
Recomendación adicional: Utiliza alcohol etílico apto para uso alimentario. Etiqueta el frasco con la fecha de almacenamiento para controlar su tiempo de uso.
Método 3: Congelado con Aceite
- Corta el jengibre limpio en trozos al gusto.
- Mézclalo con aceite de cocina para cubrir cada pieza.
- Guarda en un recipiente hermético y congela.
Ventaja: Cada porción se mantiene fresca y lista para usar, sin necesidad de descongelar todo.
Recomendación adicional: Usa aceite de oliva o de girasol según tu preferencia culinaria, y mantén los trozos pequeños para facilitar su uso directo en las preparaciones.
Conclusión
Con estos tres métodos puedes conservar jengibre durante muchos meses o incluso un año sin perder calidad. Elige el que mejor se adapte a tu estilo de vida y evita el desperdicio de este valioso ingrediente. Mantén prácticas de higiene adecuadas y revisa periódicamente el estado del jengibre almacenado para asegurar su frescura y seguridad alimentaria.