Con el paso del tiempo, muchos hábitos que parecen inofensivos pueden convertirse en verdaderas trampas para la salud de los adultos mayores.
A continuación, repasamos 5 comportamientos comunes que aceleran el envejecimiento y cómo combatirlos con acciones simples y efectivas.
1. Uso excesivo de medicamentos
Es frecuente que las personas mayores consuman varios medicamentos al día. Sin embargo, tomar cinco o más fármacos al mismo tiempo puede aumentar el riesgo de muerte hasta en un 88 %. Las interacciones entre estos medicamentos pueden generar efectos secundarios que se confunden con nuevas enfermedades, lo que lleva a una espiral de más prescripciones y más riesgos.
Consejos útiles:
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Lleve una lista siempre actualizada de todos los medicamentos y suplementos que consume.
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Consulte periódicamente con su médico y farmacéutico para revisar la necesidad de cada medicamento.
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Pida que los distintos profesionales compartan información entre sí para evitar duplicaciones o interacciones peligrosas.
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Pregunte si existen alternativas no farmacológicas, como cambios en la dieta o actividad física.
2. Dieta inflamatoria
Muchos productos promocionados como “saludables” contienen azúcares ocultos y aditivos que favorecen la inflamación, la deshidratación y el envejecimiento celular.
Cereales procesados, galletas “sin azúcar” y refrescos light son algunos ejemplos comunes.
Siga la regla 5-5-5 para una alimentación inteligente:
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Elija alimentos con un máximo de 5 ingredientes en su etiqueta.
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Beba 5 vasos de agua antes de las 5 de la tarde para mantenerse bien hidratado.
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Consuma a diario 5 colores distintos de frutas y verduras para asegurar variedad de nutrientes.
Adoptar esta regla ayuda a prevenir enfermedades metabólicas, mejora el estado de ánimo y reduce el gasto en productos innecesarios.
3. Sedentarismo por miedo a caerse
Muchas personas que han sufrido una caída reducen su actividad física por miedo a volver a lesionarse. Sin embargo, dejar de moverse conduce a una pérdida de fuerza, equilibrio y agilidad, aumentando aún más el riesgo de accidentes.
Recomendaciones prácticas para mantenerse activo con seguridad:
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Haga ejercicios simples de equilibrio como pararse sobre una pierna mientras se cepilla los dientes.
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Aproveche los cortes publicitarios para hacer pequeñas rutinas de fuerza, como levantarse de una silla sin usar las manos.
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Realice estiramientos suaves antes de irse a dormir para mantener la flexibilidad.
El movimiento diario no solo mejora la salud física, también refuerza la confianza en uno mismo.
4. Aislamiento social
Después de la jubilación o de perder seres queridos, es común que las personas mayores reduzcan sus círculos sociales. Sin embargo, el aislamiento puede ser tan perjudicial como fumar 15 cigarrillos al día, aumentando el riesgo de muerte prematura en un 50 %.
Cómo mantenerse conectado:
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Mantenga contacto frecuente con familiares y amigos.
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Participe en actividades grupales, clubes, voluntariados o talleres que le interesen.
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Use la tecnología para hacer videollamadas o enviar mensajes si no puede salir de casa.
Las relaciones sociales activas fortalecen el sistema inmunológico, reducen la depresión y mejoran la memoria.
5. Aceptar la pérdida de memoria como algo normal
Aunque es común olvidar nombres o fechas ocasionalmente, aceptar estos olvidos como algo natural puede llevar a una aceleración del deterioro cognitivo. El cerebro necesita estar en constante desafío para mantenerse en forma.
Estrategias para una mente activa:
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Utilice aplicaciones o juegos para entrenar la memoria y el razonamiento.
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Aprenda algo nuevo, como un idioma, una manualidad o un instrumento musical.
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Practique la lectura, la escritura y mantenga una rutina de ejercicio físico.
Estimular el cuerpo y la mente es la clave para preservar la autonomía y disfrutar de una vida plena en la tercera edad.
Consejo adicional:
Llevar un diario personal de bienestar —donde anote sus rutinas, emociones, alimentos consumidos y ejercicios realizados— puede ayudar a detectar patrones dañinos y reforzar los positivos.