¿Por qué deberías tirar una sandía si tiene este aspecto por dentro?

Aunque muchas personas lo ignoran, el aspecto interno de una sandía puede revelar mucho sobre su estado de salud y seguridad para el consumo. Si alguna vez cortás una sandía y notás que su pulpa está agrietada, deformada o con extrañas cavidades como las que muestra la imagen, lo mejor es no comerla.

¿Qué significa ese aspecto?

Cuando una sandía presenta estas grietas internas, es posible que haya sufrido un fenómeno llamado hueco interno o explosión interna. Esto puede deberse a:

  • Un crecimiento acelerado por el uso excesivo de fertilizantes o productos químicos.

  • Condiciones climáticas extremas durante el desarrollo del fruto.

  • Un desequilibrio en la maduración natural, que provoca que la pulpa se separe.

Este tipo de alteración no solo afecta la textura y el sabor, sino que también puede favorecer la proliferación de bacterias peligrosas si la fruta no fue almacenada adecuadamente.

¿Es peligroso comerla?

Sí, potencialmente. Aunque no todas las sandías con huecos están contaminadas, no hay forma de saberlo a simple vista. Es por eso que muchos expertos en seguridad alimentaria recomiendan desechar la fruta si presenta este tipo de anomalías.

Consejo final:

Siempre que compres una sandía, buscá que tenga un color rojo uniforme, sin partes blandas ni extrañas cavidades. Y si al cortarla notás este tipo de deformación interna, tirala por precaución.