¡Mi receta favorita: tomates fermentados! Dan un aroma único

Los tomates fermentados son una excelente manera de conservar el sabor fresco y vibrante de los tomates de temporada mientras se desarrolla un perfil de sabor complejo y ligeramente ácido.

La fermentación permite que las bacterias naturales conviertan los azúcares en ácido láctico, lo que da lugar a un sabor único y un toque ligeramente efervescente. Esta receta es fácil de seguir y utiliza ingredientes sencillos que realzan el sabor natural de los tomates.

A continuación, te presento mi receta favorita para preparar tomates fermentados con un toque especial de eneldo y ajo.

Ingredientes

Para preparar tomates fermentados caseros, necesitarás los siguientes ingredientes:

  • Tomates (pequeños) – 2 kg
  • Sal – 120 g
  • Agua – 1,5 litros
  • Hojas de eneldo – unas ramitas
  • Raíz de rábano picante – un trozo pequeño
  • Ajo – unos dientes
  • Sombrillas de eneldo – para darle sabor

Preparación

  1. Preparar los tomates y los ingredientes:
    Lava bien los tomates y asegúrate de que estén en buen estado, sin golpes o partes dañadas. Pela los dientes de ajo y corta la raíz de rábano picante en trozos pequeños. Lava las hojas y las sombrillas de eneldo.

  2. Preparar la salmuera:
    Disuelve la sal en el agua tibia, removiendo hasta que quede completamente disuelta. Deja enfriar la salmuera a temperatura ambiente.

  3. Disponer los ingredientes en un recipiente:
    En un frasco o tarro de vidrio grande, coloca una capa de hojas de eneldo en el fondo. Añade los tomates, intercalando con los dientes de ajo y los trozos de raíz de rábano picante. Añade las sombrillas de eneldo entre las capas de tomates para intensificar el sabor.

  4. Verter la salmuera:
    Vierte la salmuera fría sobre los tomates, asegurándote de que queden completamente cubiertos. Si es necesario, coloca un peso (como una piedra esterilizada o una bolsa de plástico con agua) sobre los tomates para mantenerlos sumergidos y evitar la formación de moho.

  5. Fermentación:
    Cubre el recipiente con una tapa o con un paño limpio y deja fermentar a temperatura ambiente (18-22°C) durante 5 a 7 días. Revisa el recipiente diariamente y retira cualquier espuma que pueda formarse en la superficie.

  6. Almacenamiento:
    Una vez que los tomates hayan alcanzado el nivel de fermentación deseado (prueba el sabor para comprobarlo), transfiérelos a frascos más pequeños y guarda en el refrigerador. La fermentación se ralentizará en el frío, y los tomates fermentados se conservarán durante varias semanas.

Consejos adicionales

  • Elección de los tomates: Para mejores resultados, elige tomates pequeños, firmes y maduros. Los tomates cherry o los tomates pera funcionan especialmente bien.
  • Cantidad de sal: La cantidad de sal puede ajustarse ligeramente al gusto, pero es importante mantener un nivel suficiente para evitar el desarrollo de bacterias no deseadas.
  • Tiempo de fermentación: Si deseas un sabor más fuerte y ácido, deja fermentar los tomates durante unos días adicionales.
  • Evitar el moho: Asegúrate de que los tomates estén completamente sumergidos en la salmuera para evitar la formación de moho en la superficie.
  • Sabor adicional: Si deseas experimentar con sabores, puedes añadir granos de pimienta negra, hojas de laurel o incluso rodajas de chile para un toque picante.

Con esta receta, obtendrás tomates fermentados con un sabor delicioso, una textura suave y un toque refrescante. ¡Perfectos para acompañar ensaladas, carnes o simplemente para disfrutar como un aperitivo único!