Los tomates fermentados son una excelente manera de conservar el sabor fresco y vibrante de los tomates de temporada mientras se desarrolla un perfil de sabor complejo y ligeramente ácido.
La fermentación permite que las bacterias naturales conviertan los azúcares en ácido láctico, lo que da lugar a un sabor único y un toque ligeramente efervescente. Esta receta es fácil de seguir y utiliza ingredientes sencillos que realzan el sabor natural de los tomates.
A continuación, te presento mi receta favorita para preparar tomates fermentados con un toque especial de eneldo y ajo.
Ingredientes
Para preparar tomates fermentados caseros, necesitarás los siguientes ingredientes:
- Tomates (pequeños) – 2 kg
- Sal – 120 g
- Agua – 1,5 litros
- Hojas de eneldo – unas ramitas
- Raíz de rábano picante – un trozo pequeño
- Ajo – unos dientes
- Sombrillas de eneldo – para darle sabor
Preparación
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Preparar los tomates y los ingredientes:
Lava bien los tomates y asegúrate de que estén en buen estado, sin golpes o partes dañadas. Pela los dientes de ajo y corta la raíz de rábano picante en trozos pequeños. Lava las hojas y las sombrillas de eneldo. -
Preparar la salmuera:
Disuelve la sal en el agua tibia, removiendo hasta que quede completamente disuelta. Deja enfriar la salmuera a temperatura ambiente. -
Disponer los ingredientes en un recipiente:
En un frasco o tarro de vidrio grande, coloca una capa de hojas de eneldo en el fondo. Añade los tomates, intercalando con los dientes de ajo y los trozos de raíz de rábano picante. Añade las sombrillas de eneldo entre las capas de tomates para intensificar el sabor. -
Verter la salmuera:
Vierte la salmuera fría sobre los tomates, asegurándote de que queden completamente cubiertos. Si es necesario, coloca un peso (como una piedra esterilizada o una bolsa de plástico con agua) sobre los tomates para mantenerlos sumergidos y evitar la formación de moho. -
Fermentación:
Cubre el recipiente con una tapa o con un paño limpio y deja fermentar a temperatura ambiente (18-22°C) durante 5 a 7 días. Revisa el recipiente diariamente y retira cualquier espuma que pueda formarse en la superficie. -
Almacenamiento:
Una vez que los tomates hayan alcanzado el nivel de fermentación deseado (prueba el sabor para comprobarlo), transfiérelos a frascos más pequeños y guarda en el refrigerador. La fermentación se ralentizará en el frío, y los tomates fermentados se conservarán durante varias semanas.
Consejos adicionales
- Elección de los tomates: Para mejores resultados, elige tomates pequeños, firmes y maduros. Los tomates cherry o los tomates pera funcionan especialmente bien.
- Cantidad de sal: La cantidad de sal puede ajustarse ligeramente al gusto, pero es importante mantener un nivel suficiente para evitar el desarrollo de bacterias no deseadas.
- Tiempo de fermentación: Si deseas un sabor más fuerte y ácido, deja fermentar los tomates durante unos días adicionales.
- Evitar el moho: Asegúrate de que los tomates estén completamente sumergidos en la salmuera para evitar la formación de moho en la superficie.
- Sabor adicional: Si deseas experimentar con sabores, puedes añadir granos de pimienta negra, hojas de laurel o incluso rodajas de chile para un toque picante.
Con esta receta, obtendrás tomates fermentados con un sabor delicioso, una textura suave y un toque refrescante. ¡Perfectos para acompañar ensaladas, carnes o simplemente para disfrutar como un aperitivo único!