Los riñones realizan funciones vitales: filtrar toxinas, regular líquidos, mantener el equilibrio de electrolitos y contribuir al metabolismo óseo. Cuando su funcionamiento se deteriora, algunos síntomas externos, especialmente en los pies, pueden ser pistas importantes de alerta.
1. Hinchazón en los pies (edema)
El filtrado inadecuado de agua y sodio puede provocar acumulación de líquidos en extremidades inferiores. Observa si tus pies se ven o se sienten más voluminosos, si las medias aprietan o si, al presionar, la piel deja una marca que persiste unos segundos: un signo común de edema.
2. Hormigueo o entumecimiento (neuropatía periférica)
La acumulación de toxinas como la urea puede afectar los nervios, especialmente en los pies, causando sensaciones de hormigueo, entumecimiento o ardor. Esto puede llevar al riesgo de lesiones inadvertidas si la sensibilidad disminuye.
3. Dolor o molestias en los pies
La disfunción renal puede alterar el metabolismo de minerales, resultando en dolor óseo o articular. También puede aumentar los niveles de ácido úrico, desencadenando episodios de gota, frecuentemente en el dedo gordo del pie.
4. Alteraciones en el color de la piel
Los problemas circulatorios asociados con enfermedades renales pueden provocar palidez, enrojecimiento, tonos azulados o incluso oscuridad en los pies. Estas variaciones pueden reflejar distintos problemas como mala irrigación, congestión venosa e hiperpigmentación.
5. Piel seca y picazón
La acumulación de sustancias como el fósforo, normalmente eliminadas por los riñones, puede causar sequedad e irritación intensa en la piel, especialmente en los pies y tobillos.
6. Úlceras o heridas de difícil cicatrización
La combinación de circulación deficiente y daño en los nervios puede dificultar la detección y curación de heridas, lo que puede derivar en úlceras, gangrena o infecciones graves.
7. Síndrome de piernas inquietas
Sensaciones incómodas como ardor, cosquilleo o necesidad constante de mover las piernas son comunes en personas con enfermedad renal crónica. Suelen intensificarse al descansar y se atribuyen a deficiencias de hierro o de eritropoyetina (EPO), relacionadas con anemia.
8 y 9. Otras señales tempranas
Aunque este articulo informativo se centra en 7 signos específicos, hay más aspectos que darle atención. Es posible que incluya los siguientes:
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Cambios en las uñas (por ejemplo, “uñas en banda” o alteraciones cromáticas).
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Calambres musculares, fatiga o falta de aliento relacionados con desequilibrios minerales o anemia secundaria a fallo renal.
Importancia de la detección temprana
Identificar cualquiera de estas señales a tiempo puede ser decisivo para ralentizar el progreso de la enfermedad renal, o incluso prevenir la necesidad de tratamientos como diálisis o trasplante.
IMPORTANTE: Ante cualquier síntoma inusual, lo más recomendable es consultar a un profesional médico y realizar pruebas adecuadas como análisis de sangre (función renal, electrolitos) y orina.