Preparar ravioles caseros es una tradición que combina sabor, técnica y creatividad en la cocina. Aunque pueda parecer complicado, hacer ravioles en casa es más sencillo de lo que parece y el resultado vale la pena. La receta que presentaremos a continuación es para hacer ravioles de acelga y ricota sin necesidad de utilizar una máquina para pastas. Nos hemos ayudado con la información del siguiente video:
El sabor de los ravioles caseros supera con creces a las opciones industriales que, en muchos casos, carecen de personalidad y gusto. En esta receta, no solo te enseñaré a hacer la masa desde cero, sino también un relleno delicioso y una salsa de tomate simple pero sabrosa para acompañar. Además, te compartiré consejos y trucos para que tus ravioles queden perfectos.
Ingredientes
Para la masa
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300 gramos de harina de trigo (tipo 0000)
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3 huevos
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1 pizca de sal
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1 cucharada de aceite de oliva
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(Opcional) ½ cucharadita de cúrcuma para dar color
Para el relleno
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1 cebolla grande
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250 gramos de ricota
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50 gramos de queso rallado
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1 manojo de acelga
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1 diente de ajo
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Sal, pimienta y nuez moscada (a gusto)
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1 yema de huevo
Para la salsa de tomate
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500 ml de puré de tomate
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2 cebollas picadas
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1 diente de ajo
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Aceite de oliva
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Sal, pimienta y orégano (a gusto)
Preparación Paso a Paso
1. Preparar la masa
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Colocá la harina en forma de volcán sobre una mesada limpia.
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En el centro, agregá los huevos, la sal y el aceite de oliva. Si querés darle un color más intenso, sumale media cucharadita de cúrcuma.
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Batí ligeramente los huevos y comenzá a incorporar la harina desde los bordes hacia el centro.
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Amasá hasta obtener una masa homogénea y algo firme. Si la masa está seca, añadí una cucharadita de agua.
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Formá un bollo, envolvelo en papel film y dejalo reposar en la heladera durante al menos 1 hora.
2. Preparar el relleno
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Picá finamente la cebolla y el ajo.
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En una sartén, derretí una cucharadita de manteca con un chorro de aceite de oliva.
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Salteá la cebolla y el ajo hasta que estén dorados.
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Añadí la acelga picada y cociná hasta que pierda el agua (aproximadamente 2 minutos).
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Retirá del fuego y escurrí bien la acelga para que quede bien seca.
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En un bol, mezclá la acelga cocida con la ricota, el queso rallado, la yema de huevo y los condimentos.
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Probá el relleno y ajustá la sal y la pimienta si es necesario.
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Reservá el relleno en la heladera mientras preparás la masa.
3. Formar los ravioles
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Sacá la masa de la heladera y dividila en dos partes.
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Estirá cada porción de masa con un palo de amasar hasta que quede bien fina (casi transparente).
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Colocá pequeñas porciones de relleno (aproximadamente una cucharadita) sobre una mitad de la masa, dejando espacio entre cada una.
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Pintá los bordes con un poco de agua para sellar.
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Cubrí con la otra mitad de la masa y presioná suavemente para eliminar el aire.
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Cortá los ravioles con una ruedita o un cuchillo y colocá sobre una placa enharinada para evitar que se peguen.
4. Preparar la salsa de tomate
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En una olla, calentá aceite de oliva y salteá las cebollas y el ajo hasta que estén tiernos.
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Añadí el puré de tomate y los condimentos.
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Cociná a fuego bajo durante aproximadamente 40 minutos, revolviendo de vez en cuando.
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Probá y ajustá la sal y la pimienta a gusto.
5. Cocinar los ravioles
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Herví abundante agua con sal en una olla grande.
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Añadí los ravioles en tandas para que no se peguen entre sí.
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Cuando los ravioles comiencen a flotar (aproximadamente 3 minutos), cociná por 1 minuto más.
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Retirá con una espumadera y serví inmediatamente con la salsa de tomate y queso rallado.
Consejos y Recomendaciones
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Hacer la masa con huevos frescos: Los huevos frescos mejoran la textura y el color de la masa.
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Secar bien la acelga: Para que el relleno no quede aguado, asegurate de que la acelga esté bien escurrida antes de mezclarla con la ricota.
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Controlar el grosor de la masa: Si la masa es muy gruesa, los ravioles quedarán pesados. Si es demasiado fina, se pueden romper al hervir.
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Sellado de los bordes: Para evitar que los ravioles se abran al hervir, sellá bien los bordes con agua y presión suave.
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Congelar para más adelante: Si querés hacer una tanda grande, podés congelar los ravioles en una bandeja enharinada. Cuando estén duros, pasalos a una bolsa y guardalos en el freezer. Para cocinarlos, hervilos directamente congelados.
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Relleno cremoso: Si querés un relleno más cremoso, agregá una cucharada de crema de leche a la mezcla de ricota y acelga.
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Salsa liviana: Si querés una salsa más liviana, podés mezclar la salsa de tomate con un poco de caldo de verduras para reducir su intensidad.
Problemas Comunes y Cómo Solucionarlos
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Masa dura o quebradiza: Añadir una cucharadita de agua o aceite de oliva si la masa está muy seca.
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Ravioles que se abren al hervir: Esto ocurre por falta de sellado o por una cocción demasiado fuerte.
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Relleno que se sale: Si el relleno está demasiado húmedo, escurrí mejor la acelga o agregá un poco de queso rallado para absorber el líquido.
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Salsa muy ácida: Añadí una cucharadita de azúcar para balancear la acidez del tomate.
Variantes
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Ravioles de espinaca: Sustituí la acelga por espinaca para un sabor más suave.
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Ravioles de carne: Cambiá la ricota y acelga por carne picada cocida o pollo desmenuzado.
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Ravioles de hongos: Salteá champiñones y mézclalos con queso ricota para una versión más sofisticada.
Conclusión
Hacer ravioles caseros es una experiencia gratificante que permite personalizar los sabores y asegurar ingredientes de calidad. Esta receta de ravioles de acelga y ricota es perfecta para cualquier ocasión, desde una comida familiar hasta una cena especial. Con un poco de práctica y siguiendo estos consejos, lograrás ravioles suaves, sabrosos y perfectamente cocidos.